
Poetizar el mundo
No sabemos nada, tenemos todas las dudas por resolver, por tanto, todo está esperando a ser creado por nosotros
La vida cotidiana, inmersa en el proceso creativo, es el único medio
hacia la realización personal. Reinventar la rueda es posible. No todo
está concebido, proyectado ni creado. Hay un mundo cercano al que nos
cuesta llegar de adultos: La infancia, donde todo era dicho bajo el
signo de la inocencia. Y cuanto más avanzamos en edad, más nos acercamos
a alcanzarla. Es el retorno a nosotros mismos. En la vida somos nuestro
preciso y precioso referente, nada hay más cercano a nosotros que la
propia realidad cotidiana. Venimos de la creación. Y nos dirigimos a la
creación. Somos labradores del aire que respiramos, de las ideas en que
nos afirmamos.
La poesía es anterior a la escritura y, por ende, a la literatura,
es el germen de la comunicación sensorial donde todos los sentidos
entran en juego. No podemos leer poesía de la misma manera que se lee un
ensayo, una novela o un tratado de anatomía. La metafísica de la poesía
ejerce una función peculiarmente sensitiva, más susceptible a formular
preguntas que a obtener respuestas.