viernes, 30 de julio de 2021

SANDALIAS DE ESPUMA POR CARLOS ZUÑIGA SEGURA

 

SANDALIAS DE ESPUMA POR CARLOS ZUÑIGA

SANDALIAS DE ESPUMA POR  CARLOS ZUÑIGA SEGURA


El silencio crece conforme avanza la bruma.
Pienso que alguien me visita, pero calla.
Abro el corazón,
mi voz se incorpora
entre fisuras y el vértigo cotidiano.

En estos tiempos
el día y la noche son idénticos.
Basta agitar sus alas,
soltar sus esporas,
danzar como ángel o demonio,
descubrir la suerte que nos aguarda
en alguna oquedad
o donde la utopía se expande
en nocturna obstinación.

Todo se enlaza en altas mareas.
La ciudad trajina con sus dardos
y destroza arboladuras.
Sólo la sangre aviva lumbres
que nos pertenecen aún
para tiempos que migren sin estrellas.

 Carlos Zúñiga Segura, es un poeta y escritor peruano. Wikipedia
 

jueves, 22 de julio de 2021

POESÍA CHINA : FESTIVAL DE LUNA por Du Fu / 杜甫

 

FESTIVAL DE LUNA por Du Fu / 杜甫

FESTIVAL DE LUNA
por Du Fu / 杜甫

Las constelaciones de otoño
Comienzan a alzarse. La luz de la luna
Resplandece en las multitudes.
La rana lunar se sumerge en el río
Sin necesidad de hundirse.
El conejo lunar mastica las amargas hierbas
Del elixir de la vida eterna.
Su narcótico amarga levemente mi corazón.
Con el brillo plateado,
Mi pelo se vuelve aún más blanco.
El país está desvastado por la guerra.
Y la luz de la luna nada significa para la tropas
Asentadas en los desiertos del Oeste.



 

 

domingo, 18 de julio de 2021

El aroma de las casas por Marco Martos

El aroma de las casas por Marco Martos

El aroma de las casas por Marco Martos

Huelo mis casas.
Me dicen que fui feliz
en la primera y ése es mi recuerdo:
el de los otros.
Había un corredor
repleto de macetas, jazmines de la noche,
fantasmas del olor y del silencio
y un ejército de tías armadas
con sonrisas, flores secas
y cartas de amor desvaídas
en sus libros de oraciones.
La segunda casa es la que amo.
Me cuentan que derribaron un árbol
en el patio y ese dolor me acompaña
cada día.
Por ahí deambula todavía
en las noches mi hermano muerto
tan, tan niño.
Permanece ahí en los altos
mi abuelo materno, aventurero,
y mi abuela paterna, en los bajos, con sus ojos
negrísimos dando luz en lo más oscuro.
Pero ambos también murieron.
Me acuerdo del dolor y de la pompa
de sus entierros.
Conozco sus manos
y sus palabras de memoria.
Tengo
una reserva de afecto secreta
en lo ignoto y desaparecido
ahora que son sólo un nombre
que repito.
Mi padre iba y venía sin cansarse.
Mi madre hacía lo mismo
y más todavía, como se sabe.
Es horrible que muera tu madre,
es horrible que muera tu padre,
nadie puede contártelo.
Podría escribir la historia
de otras casas, pero la pena
sería muy grande.
Prefiero
callarme, ahora que no tengo casa
ni lenguaje inteligible
y atravieso Babel
para lamer tu mano
como un perro fiel
que te bendice.
Hueles a jazmín,
como el que había
en mi primera casa.

 

 

miércoles, 14 de julio de 2021

El emisario de Dios por Marco Martos

El emisario de Dios por Marco Martos

 
 

El emisario de Dios por Marco Martos


Vi a Roberto Arizmendi bien trepado
en esos grandes aviones de Dios.
Salen de México a todas las partes.
Llevan la poesía hasta el mar.
Suben a las montañas los poemas,
sube Roberto su hermosa dicción.
En sus maletas lleva unas corbatas,
colores encendidos de Tenochtitlán,
verdes tunas abundantes, chiles rojos,
mole color chocolate o azul.
Va repartiendo risas por el mundo,
miles de libros, abrazos de amor,
sabiduría de los grandes mayas
y la música de Lila Douws.
 
 

Roberto Arizmendi. Poeta, profesor, investigador, escritor y funcionario en universidades y dependencias educativas. Autor de 58 libros y plaquettes. Incluido en 45 antologías poéticas. Wikipedia

martes, 6 de julio de 2021

SELECCIÓN DE POESÍA CHINA

BALADA DE CHANG’AN POR LI BAI

BALADA DE CHANG’AN

Cuando mis cabellos comenzaron a cubrir mi frente
Delante de la puerta me divertía recogiendo flores.
Montado en un caballo de bambú venías.
Y das vueltas al brocal
Ambos vivíamos en Chang’an.

A los catorce vine a ser tu esposa.
Con rubor miraba hacia la pared,
Y cien veces me llamaste más ni una te oí.
Pero cuando tuve quince años deseaba
Unirme a ti como polvo a la ceniza.
Un año después te fuiste a esa zona lejana
Donde escollos enhiestos impiden el paso en mayo,
Y los monos gritan al cielo.
Una tras otra tus huellas se cubrieron de un tupido musgo que no puedo barrer.
Las hojas que caen de los arboles anuncian
Que temprano vendrá este otoño.
En Agosto.
Las mariposas en el jardín vuelan en parejas.
Me conmueve verlas y de aflicción llenan mi alma.
La amargura bebe el color de mis mejillas.
¡Ay! Cuando desciendas
Avísame con tiempo.
Para ir a tu encuentro no importan las distancias.
Saldré a esperar tu regreso hasta
La Arena del Gran Viento.

LI BAI.





PARA MI LEJANO AMOR


Dónde está mi verde pabellón?
Entre aquellas nubes de azul.
De su mágico espejo
Cuelga un rio en otoño
La brisa de primavera
Agita mi traje de seda
Con tristeza miro la alcoba vacía
En una carta van mis lamentos:
Si hubiésemos sido una pareja de aves
Volaríamos juntos sin separarnos.

VI
El rio Chuhe me separa de ti
Las riberas del rio amarillo
Reverdecen con la primavera.
Mi tristeza no conoce descanso,
Y parece una ola que agita la mar.
Quiero verte y no puedo.
Apenas puedo enviarte
-mi lejana belleza-,
Una lagrima.

XI
Cuando vivías conmigo
Las flores alegraban la casa.
Al marcharte
Dejaste el lecho vacío
La manta que bordabas, intacta,
Permanece doblada.
Han pasado tres años
Y tu fragancia no se disipa.
¿Dónde estás amor mío?
Me faltas.
De los arboles caen ya amarillas las hojas.
Lloro,
Y en el verde musgo brillan mis lágrimas.

LI BAI.




ODA AL VINO

Vino de uva
Doradas copas
Una muchacha de quince años viene sobre un preciosos pony.
Tiene los parpados pintados y los zapatos de satén rojo.
Cuando habla tartamudea, pero sus canciones son como la miel.
Durante el banquete cayó en mis brazos.
¿Qué debo hacer contigo detrás de las rojas cortinas?

LI BAI



DESPUÉS DE TU PARTIDA

Después que partiste
Abandoné el telar.
¡Como pienso en ti, amor!
Soy la luna llena
Que pasa cada noche
Menguando su esplendor.

ZHANG JIULING.



MIRANDO LA LUNA


Sobre el mar crece
Una luna de satén
Los dos la contemplamos
Desde extremos diversos.
Triste, lamento
La noche tan larga
Y me acuerdo de ti.
Apago el farol;
Prefiero la luz de la luna
Me pongo el capote y salgo.
Siento el roció que nos moja.
Me duele no poder atrapar
Un rayo de luz y ofrecértelo.
Regreso y me tiendo en el lecho.
Quizás pueda verte en el sueño.

ZHANG JIULING.




POESÍA CHINA


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