jueves, 13 de febrero de 2020

Un poema de Marco Martos traducido al holandés por Martha Jose Alleleijin. "Jacarandá"

 

Un poema de Marco Martos traducido al holandés por Martha Jose Alleleijin. "Jacarandá"

Un poema de Marco Martos traducido al holandés por Martha Jose Alleleijin.
"Jacarandá"

 
Celeste y lila nuestra primavera,
tiñe de hermosura al jacarandá,
árbol que crece violento buscando la luz.
Por la mañana recibe a los pájaros
y a la hora del sueño los arrulla
con sus ramas oscuras, de ojos verdes,
iluminando las horas de la oscuridad.
Vive silente, vienen mariposas
de tantos colores, de tanta belleza,
que semejan el vuelo de la eternidad.
 
JACARANDABOOM

Hemelsblauw en lilalief onze lente
zo kleurt ze de schoonheid van de jaranda
die boom, die geweldadig, op zoek naar licht, naar boven groeit.
S´ochtends ontvangt hij de vogels
en ´s avonds wiegt hij hen in slaap
met zijn donkere takken,met zijn groene ogen,
stralend in de donkere uren.
Hij leeft in stilte, de vlinders komen,
in zoveel kleuren, met zoveel schoonheid,
vliegend naar de eeuwigheid.

miércoles, 12 de febrero de 2020

De "LA ÚLTIMA INOCENCIA" (1956) SALVACIÓN DE ALEJANDRA PIZARNIK



De "LA ÚLTIMA INOCENCIA" (1956)
SALVACIÓN 
DE
ALEJANDRA PIZARNIK


Se fuga la isla.
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta.
Ahora
es el fuego sometido.
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche.
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.

martes, 11 de febrero de 2020

EL RUEGO DE ALFONSINA STORNI




EL RUEGO DE ALFONSINA STORNI


Señor, Señor, hace ya tiempo, un día
soñé un amor como jamás pudiera
soñarlo nadie, algún amor que fuera
la vida toda, toda la poesía.

Y pasaba el invierno y no venía,
y pasaba también la primavera,
y el verano de nuevo persistía,
y el otoño me hallaba con mi espera.

Señor, Señor; mi espalda está desnuda,

 ¡has estallar allí, con mano ruda
el látigo que sangra a los perversos!

Que está la tarde ya sobre mi vida,
y esta pasión ardiente y desmedida
la he perdido, ¡Señor, haciendo versos!

V. Completa. "Es hora de romper la ley del silencio sobre el ‘bullying’"...



V. Completa. "Es hora de romper la ley del silencio sobre el ‘bullying’". Iñaki Zubizarreta

Con 11 años, el exjugador de baloncesto Iñaki Zubizarreta medía casi dos metros y fue castigado en los recreos durante todo un curso escolar, porque según la profesora, “por su tamaño, envergadura y fuerza” podría hacer daño a alguien. Al silencio y la soledad se sumaron los golpes, las humillaciones y vejaciones que sufrió por parte de un grupo de compañeros. 

En este vídeo, el deportista hace un llamamiento a alzar la voz contra el ‘bullying’, para que nadie sufra situaciones de maltrato como las que él vivió. 

 “Si me reencontrase con el niño que fui le diría que no guarde silencio, que busque ayuda, que no se calle. Os aseguro que hay vida, buena vida, después del acoso escolar, pero siempre con ayuda. Por desgracia, treinta y tantos años después estas historias siguen siendo actualidad y lo que no ha cambiado es romper la ley del silencio”. 

Afortunadamente, Iñaki Zubizarreta pudo desarrollar su talento en el baloncesto, deporte con el que llegó a jugar como profesional en la Liga ACB y se alzó con la Copa del Rey en 1998. 

Actualmente colabora con la ACB en la campaña “Actuamos Contra el Bullying”, acudiendo a colegios e institutos para impartir charlas de sensibilización entre los más jóvenes, “porque es tan culpable el que acosa como el que lo permite”. Su historia de superación sirve de ejemplo para saber que se puede salir adelante. 

 (Teléfono contra el acoso escolar en España: 900 018 018)

domingo, 9 de febrero de 2020

POEMAS ILUSTRADOS DE MIGUEL HERNÁNDEZ


MIGUEL HERNÁNDEZ



Poeta español nacido en Orihuela, Alicante, en 1910. Hijo de campesinos, desempeñó entre otros oficios, el de pastor de cabras. Guiado por su amigo Ramón Sijé, se inició en la poesía desde los veinte años; publicó su primer libro «Perito en lunas» en 1933 y posteriormente,  los sonetos agrupados en «El rayo que no cesa», marcaron la experiencia amorosa del poeta. 

Durante la guerra civil militó muy activamente en el bando republicano como Comisario de Cultura, siendo encarcelado y condenado a muerte al terminar el conflicto. Antes de morir, enfermo y detenido, publica su última obra, «Cancionero y romancero de ausencias”. Falleció en 1942. 



De "Imagen de tu huella" 1934

Astros momificados y bravíos...
Astros momificados y bravíos
sobre cielos de abismos y barrancas
como densas coronas de carlancas
y de erizados pensamientos míos.

Bajo la luz mortal de los estíos,
zancas y uñas se os ponen oriblancas,
y os azuzáis las uñas y las zancas
¡en qué airados y eternos desafíos!

¡Qué dolor vuestro tacto y vuestra vista!
intimidáis los ánimos más fuertes,
anatómicas penas vegetales

Todo es peligro de agresiva arista,
sugerencia de huesos y de muertes,
inminencia de hogueras y de males.

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos...
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos..

No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.
Pirotécnicos pórticos de azahares...
Pirotécnicos pórticos de azahares,
que glorificarán los ruy-señores
pronto con sus noctámbulos ardores,
conciertan los amargos limonares.

Entusiasman los aires de cantares
fervorosos y alados contramores,
y el giratorio mundo va a mayores
por arboledas, campos y lugares.

La sangre está llegando a su apogeo
en torno a las criaturas, como palma
de ansia y de garganta inagotable.

¡Oh, primavera verde de deseo,
qué martirio tu vista dulce y alma
para quien anda solo y miserable!

Ya se desembaraza y se desmembra...
Ya se desembaraza y se desmembra
el angélico lirio de la cumbre,
y al desembarazarse da un relumbre
que de un puro relámpago me siembra.

Es el tiempo del macho y de la hembra,
y una necesidad, no una costumbre,
besar, amar en medio de esta lumbre
que el destino decide de la siembra.

Toda la creación busca pareja:
se persiguen los picos y los huesos,
hacen la vida para todas las cosas.

En una soledad impar que aqueja,
yo entre esquilas sonantes como besos
y corderas atentas como esposas.  
De "Imagen de tu huella" 1934 





YO NO QUIERO MÁS LUZ QUE TU CUERPO ANTE EL MÍO...

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda,
limpidez cuya entraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.



No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es el día.
De "Cancionero y romancero de ausencias" 1941 1942
 


ANTES DEL ODIO

Todo lo que significa
Beso soy, sombra con sombra.
Beso, dolor con dolor,
por haberme enamorado,
corazón sin corazón,
de las cosas, del aliento
sin sombra de la creación.
Sed con agua en la distancia,
pero sed alrededor.
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,


Corazón en una copa
donde me la bebo yo,
y no se lo bebe nadie,
nadie sabe su sabor.
Odio, vida: ¡cuánto odio
sólo por amor!

No es posible acariciarte
con las manos que me dio
el fuego de más deseo,
el ansia de más ardor.
Varias alas, varios vuelos
abaten en ellas hoy
hierros que cercan las venas
y las muerden con rencor.
Por amor, vida, abatido,
pájaro sin remisión.
Sólo por amor odiado,
sólo por amor.

Amor, tu bóveda arriba
y yo abajo siempre, amor,
sin otra luz que estas ansias,
sin otra iluminación.
Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz,
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo sólo,
sólo por amor.

horizonte aletearte,
sepultado en un rincón.
Espesura, mar, desierto,
sangre, monte rodador,
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.

Porque dentro de la triste
guirnalda del eslabón,
del sabor a carcelero
constante y a paredón,
y a precipicio en acecho,
alto, alegre, libre soy.
Alto, alegre, libre, libre,
sólo por amor.

No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme. no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy, siénteme libre.
Sólo por amor.



 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ


 MIGUEL HERNÁNDEZ

1. Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento.

2. Desperté de ser niño. Nunca despiertes. Triste llevo la boca. Ríete siempre. Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma.

3. Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes. Tristes. Tristes armas si no son las palabras. Tristes. Tristes. Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes. Tristes.

4. Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde.

5. No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.

6. ¿Qué poco vale uno ya! Hasta las ratas se suben a ensuciar la azotea de los pensamientos. Esto es lo que hay de nuevo en mi vida: ratas. Ya tengo ratas, piojos, pulgas, chinches, sarna. Este rincón que tengo para vivir será muy pronto un parque zoológico, o mejor dicho, una casa de fieras…

7. ¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla, pero qué injustamente arrebatada! No sabe andar despacio, y acuchilla cuando menos se espera su turbia cuchillada.

8. El mundo es como aparece ante mis cinco sentidos, y ante los tuyos que son las orillas de los míos.

9. Aquí estoy para vivir mientras el alma me suene, y aquí estoy para morir, cuando la hora me llegue, en los veneros del pueblo desde ahora y desde siempre.

10. Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen.

11. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.

12. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.

13. Aunque bajo la tierra mi amante cuerpo esté, escríbeme a la tierra, que yo te escribiré.

14. Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido, jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños.

15. Cada día lo desea más mi sangre y se me agranda de amor y se me desbanda, y no llego a comprender por qué no lo he de querer si el corazón me lo manda.

16. Ayer amaneció el pueblo desnudo y sin qué ponerse, hambriento y sin qué comer, el día de hoy amanece justamente aborrascado y sangriento justamente.

17. Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas, cicatrices y heridas, señales y recuerdos del hambre, contra tantas barrigas satisfechas: cerdos con un origen peor que el de los cerdos.

18. No sé qué es de mi oreja sin tu acento, ni hacia qué polo yerro sin tu estrella, y mi voz sin tu trato se afemina. Los olores persigo de tu viento y la olvidada imagen de tu huella, que en ti principia, amor, y en mí termina.

19. Se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía.

20. En este campo estuvo el mar. Alguna vez volverá. Si alguna vez una gota roza este campo, este campo siente el recuerdo del mar. Alguna vez volverá.

21. Encarnación, yo digo en mi corazón, si soy tonto que lo sea. No me importa: no me muero por ser tonto, tonto estoy, y sí sé que tonto soy, sé que hasta tonto te quiero.

22. El mar también elige puertos donde reír como los marineros. El mar de los que son. El mar también elige puertos donde morir. Como los marineros. El mar de los que fueron.

23. No te asomes a la ventana, que no hay nada en esta casa. Asómate a mi alma.

24. A mí me ha de enamorar,de una manera acendrada, mujer que no luzca nada sino este particular: como la tierra ha de ser de sencilla y amorosa, que así será más esposa y así será más mujer.

25. Rueda que irás muy lejos, vuela que irás muy alto. Torre del día eres, del tiempo y del espacio.

26. No vale entristecerse. La sombra que te lo ha dado. La sombra que se lo lleve.

27. Boca que arrastra mi boca. Boca que me has arrastrado: boca que vienes de lejos a iluminarme de rayos. Alba que das a mis noches un resplandor rojo y blanco. Boca poblada de bocas: pájaro lleno de pájaros.

28. No me llaga ningún mal ni ninguna cuerda rota: lo que tu atención hoy nota fue siempre en mí natural.

29. Adiós, hermanos, camaradas y amigos. Despedidme del sol y de los trigos.

30. Cuerpos que nacen vencidos, vencidos y grises mueren: vienen con la edad de un siglo, y son viejos cuando vienen.

31. No hay quien sitie la vida, no hay quien cerque la sangre cuando empuña sus alas y las clava en el aire.

32. Muchos tragos es la vida y un solo trago es la muerte.

33. Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido.

34. La fábrica se halla guardada por las flores, los niños, los cristales, en dirección al día. Dentro de ella son leves trabajos y sudores, porque la libertad puso allí la alegría.

35. Coloco relicarios de mi especie a tu talón mordiente, a tu pisada, y siempre a tu pisada me adelanto para que tu impasible pie desprecie todo el amor que hacia tu pie levanto.

36. Las armas que más brillan en mis manos y con ellas tengo que transformar la vida.

37. Entre las flores te fuiste. Entre las flores me quedo.

38. Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas.

39. En vuestra mano está la libertad del ala, la libertad del mundo, soldados voladores: y arrancaréis del cielo la codiciosa y mala hierba de otros motores.

40. Sangre remota. Remoto cuerpo, dentro de todo: dentro, muy dentro de mis pasiones, de mis deseos.

41. El hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende.

42. Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera.

43. El vuelo significa la alegría más alta, la agilidad más viva, la juventud más firme.

44. ¿Quieres bajo la tierra? Bajo la tierra quiero porque hacia donde corras quiere correr mi cuerpo. Ardo desde allí abajo y alumbro tus recuerdos.

45. Ríete tanto que mi alma al oírte bata el espacio.

46. No te hieran por la espalda, vive cara a cara y muere con el pecho ante las balas, ancho como las paredes.

47. Pero el silencio puede más que tanto instrumento.

48. Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias.

49. Toro en la primavera más toro que otras veces, en España más toro, toro, que en otras partes. Más cálido que nunca, más volcánico, toro, que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.

50. Aquí tengo una voz enardecida, aquí tengo un vida combatida y airada, aquí tengo un rumor, aquí tengo una vida.

51. ¿Quién llenará este vacío de cielo desalentado que deja tu cuerpo al mío?

52. Hoy el amor es muerte, y el hombre acecha al hombre.

53. Entro despacio, se me cae la frente despacio, el corazón se me desgarra despacio, y despaciosa y negramente vuelvo a llorar al pie de una guitarra.

54. Basta mirar: se cubre de verdad la mirada.

55. Basta escuchar: retumba la sangre en las orejas.

56. De cada aliento sale la ardiente bocanada de tantos corazones unidos por parejas.

57. La mujer sin el hombre apagada va. Apagado va el hombre sin luz de mujer.

58. Cuerpos como un mar voraz, entrechocado, furioso. Solitariamente atados por el amor, por el odio, por las venas surgen hombres, cruzan las ciudades, torvos.

59. España, piedra estoica que se abrió en dos pedazos de dolor y de piedra profunda para darme: no me separarán de tus altas entrañas, madre.

60. Un carnívoro cuchillo de ala dulce y homicida sostiene un vuelo y un brillo alrededor de mi vida.

61. Sigue, pues, sigue cuchillo, volando, hiriendo.

62. Teme que el barro crezca en un momento, teme que crezca y suba y cubra tierna, tierna y celosamente tu tobillo de junco, mi tormento, teme que inunde el nardo de tu pierna y crezca más y ascienda hasta tu frente.

63. El número de sangres que el mundo iluminó en dos halló el principio: tú y yo.

64. El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave.

65. Esta ciudad no se aplaca con fuego, este laurel con rencor no se tala. Este rosal sin ventura, este espliego júbilo exhala.

66. Sólo te nutre tu vívida esencia. Duermes al borde del hoyo y la espada.

67. Eres mi casa, Madrid: mi existencia, ¡Qué atravesada!

68. Dime desde allá abajo la palabra te quiero. ¿Hablas bajo la tierra? Hablo con el silencio.

69. Dejadme la esperanza.70. En la pasión del vuelo truena la luz, y exalta alas con que batirme.


ARTE POÉTICA, PAUL VERLAINE


ARTE POÉTICA, PAUL VERLAINE

ARTE POÉTICA, PAUL VERLAINE


Antes que nada música,
Y a lo Impar favorece,
Que se pierde en el aire
Sin que se pose o pese.

En la elección de tus palabras
Tienes que ser remiso:
Nada mejor que el canto gris
Que une lo Indeciso a lo Preciso.

La intensa claridad del mediodía
Se vuelve dulce si es de otoño el cielo,
¡Ese amasijo azul de las estrellas!
Son más bellos los ojos tras el velo.

Porque el matiz queremos todavía,
¡Y tan sólo el matiz, nunca el Color!
¡Oh, matiz, nuestra única esperanza,
Sueño en el sueño y canto en el rumor!

¡La Punta  criminal ten a distancia,
El espíritu cruel, la Risa impura,
Que hacen llorar los ojos de lo Azul
Con ese ajo de vulgar fritura!

Tuércele el cuello a la elocuencia
Y en este tren enérgico pretende
Que tu rima se esté más avisada.
¿Adónde irá si se la desatiende?

¿Quién dirá los errores de la rima?
¿Qué niño sordo o qué demente esclavo
Forjó esta hueca joya de un centavo
Que suena a falsedad bajo la lima?

¡Música entonces, todavía y siempre!
Que tu palabra tenga ese temblor
Del alma que uno siente cómo, alada,
Hacia otros cielos vuela y otro amor.

Que tu palabra sea la aventura
En el viento crucial de la mañana
Donde perfuman menta y mejorana...
Y todo el resto es literatura.

(Jadis et Naguère, 1884.)

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