EL RESPETO Y EL BENEFICIO MUTUO ENTRE CHINA Y AMÉRICA LATINA.
Por Wang Wei*
Fuente. Página / 12, lunes 17 de marzo del 2025.
La
situación internacional es cada vez más cambiante y compleja producto
de una serie de "guerras" arancelarias, comerciales y tecnológicas que
se vienen sucediendo, una tras otra, en un contexto global en el que se
han profundizado los déficits de paz, desarrollo y gobernanza. ¿Egoísmo o
respeto mutuo? ¿Supremacía propia o beneficio común? ¿Aislamiento o
apertura con espíritu inclusivo? Son algunas de las disyuntivas de la
encrucijada histórica que hoy se plantea la humanidad.
Precisamente,
en este contexto es preciso destacar el gran desarrollo que han
alcanzado las relaciones entre China y América latina en los últimos
años, dando respuestas claras y mostrándose al mundo como un verdadero
ejemplo de éxito. Como verdaderos amigos que se respetan mutuamente,
China y América latina son miembros del Sur Global y defienden la
soberanía, la independencia, la solidaridad, la cooperación y el
desarrollo.
El presidente Xi
Jinping visitó América latina en seis ocasiones, recibió a decenas de
Jefes de Estado y de gobiernos latinoamericanos en sus visitas a China,
mantuvo profundos intercambios de cooperación sobre la base de la
igualdad y el respeto mutuo, y entabló conversaciones de amistad con
todos los sectores sociales y el público en general. Su objetivo siempre
fue impulsar las relaciones entre ambas regiones hacia una nueva era de
igualdad, beneficio mutuo, innovación, apertura y beneficio universal,
señalando el camino a seguir para la construcción de una comunidad de
destino entre China y América latina.
China
siempre apoyó a los países de la región en la salvaguardia de su
soberanía e integridad territorial, además de respaldar a los pueblos en
la elección independiente del camino de desarrollo que se adapte a sus
condiciones nacionales. Nunca intimidó a los pequeños ni a los débiles
valiéndose de la fortaleza; nunca fue condescendiente con los otros y
nunca se obstinó en cálculos políticos ni en intereses geopolíticos
propios.
Esta respetuosa postura
sirvió de ejemplo para mantener y profundizar las relaciones entre
países que se encuentran en diferentes etapas de desarrollo, que tienen
distintas dimensiones territoriales y condiciones nacionales,
proporcionando un paradigma para la promoción de un mundo multipolar
igualitario y ordenado. China y América latina son buenos socios de
beneficio mutuo y ganancia compartida. Esta cooperación mutua tiene
buena acogida porque respeta la voluntad de los pueblos
latinoamericanos, satisface sus necesidades y ofrece opciones fiables y
amplias perspectivas para la revitalización de la región.
En
este contexto, China tomó la construcción de alta calidad de la Franja y
la Ruta como una verdadera plataforma práctica. Fiel al principio de
"la deliberación en común, la construcción conjunta y el codisfrute",
invirtió más de 600 mil millones de dólares en América latina, ejecutó
más de 200 proyectos de infraestructuras, construyó miles de kilómetros
de autopistas, ferrocarriles ordinarios y ligeros, cientos de escuelas,
hospitales y estadios, casi 100 puentes y túneles, y decenas de
aeropuertos y puertos, proporcionando empleos a millones de personas de
los distintos países latinoamericanos.
Desde
la inauguración del proyecto de transmisión de alta tensión del Belo
Monte en Brasil, pasando por la transformación de Ferrocarril Belgrano
Cargas en Argentina, y la apertura del Puerto Chancay en Perú, todos los
proyectos encarnaron la aspiración común de los pueblos chino y
latinoamericanos al desarrollo y el progreso, demostrando que América
latina busca una mejor construcción de su propia patria, de una manera
independiente y autónoma que no la reduzca a ser el "patio trasero" de
ningún país del planeta, como durante años pregonó la llamada Doctrina
Monroe.
China y América latina
son compañeros de viaje en pos de la apertura y la inclusión. Frente al
auge del unilateralismo y el proteccionismo, las contracorrientes de
desacoplamiento y la propagación de "muros altos en patios pequeños",
China y América Latina tomaron medidas en los últimos años para promover
una globalización económica que sea beneficiosa para todos.
China
y América latina aprovechan al máximo las ventajas de la
complementariedad económica, por lo que el volumen de comercio ya superó
los 500 mil millones de dólares, confirmando a China como el segundo
socio comercial de América latina. El vino tinto argentino y las cerezas
chilenas se convirtieron en los productos más buscados en las
plataformas de comercio electrónico de China, aportando beneficios
reales a las empresas y los pueblos latinoamericanos.
También
hay que destacar que la nueva ronda de la revolución científica y
tecnológica, sumada a la transformación industrial, hizo que cooperación
entre China y América latina sigan mejorando y actualizándose. La
Estación de Espacio Lejano de Neuquén, construida conjuntamente por
China y Argentina, desempeña hoy un papel importante en la exploración
de la Luna y Marte; el Satélite de Recursos Terrestres, desarrollado
junto a Brasil, es una herramienta fundamental en el cuidado del
ambiente ecológico de la selva amazónica; el Parque Eólico Punta Sierra,
construido en Chile, garantizó el suministro de energía verde a 130 mil
residentes; y el Proyecto Caucharí de generación de energía
fotovoltaica de 300 megavatios en Argentina, construido por una empresa
china, fue clave para impulsar el desarrollo de la zona norte del país.
Este
año se celebra el 10º aniversario del funcionamiento oficial del Foro
China-CELAC (FCC), y durante el primer semestre China será sede de la
Cuarta Reunión Ministerial de dicho organismo. En los últimos 10 años,
el FCC convirtió en una plataforma clave para avanzar en la cooperación
global entre China y América latina, fortalecer el acoplamiento de las
estrategias de desarrollo y construir la comunidad de futuro compartido
entre ambas regiones. Como suelen decir nuestros amigos argentinos, "la
unión hace la fuerza".
De cara al
futuro, China está dispuesta a trabajar con los amigos
latinoamericanos, incluida la Argentina por supuesto, para superar las
montañas y los mares, encontrarnos en el medio del camino y acelerar el
ritmo de la respectiva modernización y desarrollo. El barco de la
comunidad de destino de China y América latina debe navegar con mayor
firmeza para llegar tan lejos como se lo propongan los países. La
cooperación y el respeto mutuo son garantía de un futuro cada vez más
brillante.
* Embajador de la República Popular China en la Argentina.