MIGUEL HERNÁNDEZ
Poeta
español nacido en Orihuela, Alicante, en 1910. Hijo de campesinos,
desempeñó entre otros oficios, el de pastor de cabras. Guiado por su
amigo Ramón Sijé, se inició en la poesía desde los veinte años; publicó
su primer libro «Perito en lunas» en 1933 y posteriormente, los sonetos
agrupados en «El rayo que no cesa», marcaron la experiencia amorosa del
poeta.
Durante la guerra civil militó muy activamente en el bando republicano como Comisario de Cultura, siendo encarcelado y condenado a muerte al terminar el conflicto. Antes de morir, enfermo y detenido, publica su última obra, «Cancionero y romancero de ausencias”. Falleció en 1942.
Durante la guerra civil militó muy activamente en el bando republicano como Comisario de Cultura, siendo encarcelado y condenado a muerte al terminar el conflicto. Antes de morir, enfermo y detenido, publica su última obra, «Cancionero y romancero de ausencias”. Falleció en 1942.
De "Imagen de tu huella" 1934
Astros momificados y bravíos...
Astros momificados y bravíos
sobre cielos de abismos y barrancas
como densas coronas de carlancas
y de erizados pensamientos míos.
Bajo la luz mortal de los estíos,
zancas y uñas se os ponen oriblancas,
y os azuzáis las uñas y las zancas
¡en qué airados y eternos desafíos!
¡Qué dolor vuestro tacto y vuestra vista!
intimidáis los ánimos más fuertes,
anatómicas penas vegetales
Todo es peligro de agresiva arista,
sugerencia de huesos y de muertes,
inminencia de hogueras y de males.
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos...
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos..
No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.
No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.
Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.
Pirotécnicos pórticos de azahares...
Pirotécnicos pórticos de azahares,
que glorificarán los ruy-señores
pronto con sus noctámbulos ardores,
conciertan los amargos limonares.
Entusiasman los aires de cantares
fervorosos y alados contramores,
y el giratorio mundo va a mayores
por arboledas, campos y lugares.
La sangre está llegando a su apogeo
en torno a las criaturas, como palma
de ansia y de garganta inagotable.
¡Oh, primavera verde de deseo,
qué martirio tu vista dulce y alma
para quien anda solo y miserable!
Ya se desembaraza y se desmembra...
Ya se desembaraza y se desmembra
el angélico lirio de la cumbre,
y al desembarazarse da un relumbre
que de un puro relámpago me siembra.
Es el tiempo del macho y de la hembra,
y una necesidad, no una costumbre,
besar, amar en medio de esta lumbre
que el destino decide de la siembra.
Toda la creación busca pareja:
se persiguen los picos y los huesos,
hacen la vida para todas las cosas.
En una soledad impar que aqueja,
yo entre esquilas sonantes como besos
y corderas atentas como esposas.
De "Imagen de tu huella" 1934
YO NO QUIERO MÁS LUZ QUE TU CUERPO ANTE EL MÍO...
Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda,
limpidez cuya entraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.
¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.
No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.
Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.
Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.
Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es el día.
De "Cancionero y romancero de ausencias" 1941 1942
ANTES DEL ODIO
Todo lo que significa
Beso soy, sombra con sombra.
Beso, dolor con dolor,
por haberme enamorado,
corazón sin corazón,
de las cosas, del aliento
sin sombra de la creación.
Sed con agua en la distancia,
pero sed alrededor.
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
Corazón en una copa
donde me la bebo yo,
y no se lo bebe nadie,
nadie sabe su sabor.
Odio, vida: ¡cuánto odio
sólo por amor!
No es posible acariciarte
con las manos que me dio
el fuego de más deseo,
el ansia de más ardor.
Varias alas, varios vuelos
abaten en ellas hoy
hierros que cercan las venas
y las muerden con rencor.
Por amor, vida, abatido,
pájaro sin remisión.
Sólo por amor odiado,
sólo por amor.
Amor, tu bóveda arriba
y yo abajo siempre, amor,
sin otra luz que estas ansias,
sin otra iluminación.
Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz,
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo sólo,
sólo por amor.
horizonte aletearte,
sepultado en un rincón.
Espesura, mar, desierto,
sangre, monte rodador,
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.
Porque dentro de la triste
guirnalda del eslabón,
del sabor a carcelero
constante y a paredón,
y a precipicio en acecho,
alto, alegre, libre soy.
Alto, alegre, libre, libre,
sólo por amor.
No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme. no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy, siénteme libre.
Sólo por amor.
1. Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil
del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será
un vencedor, será un vencido lento.
2.
Desperté de ser niño. Nunca despiertes. Triste llevo la boca. Ríete
siempre. Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma.
3.
Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes. Tristes. Tristes
armas si no son las palabras. Tristes. Tristes. Tristes hombres si no
mueren de amores. Tristes. Tristes.
4. Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde.
5. No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.
6. ¿Qué
poco vale uno ya! Hasta las ratas se suben a ensuciar la azotea de los
pensamientos. Esto es lo que hay de nuevo en mi vida: ratas. Ya tengo
ratas, piojos, pulgas, chinches, sarna. Este rincón que tengo para vivir
será muy pronto un parque zoológico, o mejor dicho, una casa de fieras…
7.
¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla, pero qué injustamente
arrebatada! No sabe andar despacio, y acuchilla cuando menos se espera
su turbia cuchillada.
8. El mundo es como aparece ante mis cinco sentidos, y ante los tuyos que son las orillas de los míos.
9.
Aquí estoy para vivir mientras el alma me suene, y aquí estoy para
morir, cuando la hora me llegue, en los veneros del pueblo desde ahora y
desde siempre.
10. Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen.
11. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
12. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.
13. Aunque bajo la tierra mi amante cuerpo esté, escríbeme a la tierra, que yo te escribiré.
14.
Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente
polvo del olvido, jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros
sueños.
15.
Cada día lo desea más mi sangre y se me agranda de amor y se me
desbanda, y no llego a comprender por qué no lo he de querer si el
corazón me lo manda.
16.
Ayer amaneció el pueblo desnudo y sin qué ponerse, hambriento y sin qué
comer, el día de hoy amanece justamente aborrascado y sangriento
justamente.
17.
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas, cicatrices y heridas,
señales y recuerdos del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
18.
No sé qué es de mi oreja sin tu acento, ni hacia qué polo yerro sin tu
estrella, y mi voz sin tu trato se afemina. Los olores persigo de tu
viento y la olvidada imagen de tu huella, que en ti principia, amor, y
en mí termina.
19. Se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía.
20.
En este campo estuvo el mar. Alguna vez volverá. Si alguna vez una gota
roza este campo, este campo siente el recuerdo del mar. Alguna vez
volverá.
21. Encarnación, yo digo en mi corazón, si soy
tonto que lo sea. No me importa: no me muero por ser tonto, tonto estoy,
y sí sé que tonto soy, sé que hasta tonto te quiero.
22.
El mar también elige puertos donde reír como los marineros. El mar de
los que son. El mar también elige puertos donde morir. Como los
marineros. El mar de los que fueron.
23. No te asomes a la ventana, que no hay nada en esta casa. Asómate a mi alma.
24.
A mí me ha de enamorar,de una manera acendrada, mujer que no luzca nada
sino este particular: como la tierra ha de ser de sencilla y amorosa,
que así será más esposa y así será más mujer.
25. Rueda que irás muy lejos, vuela que irás muy alto. Torre del día eres, del tiempo y del espacio.
26. No vale entristecerse. La sombra que te lo ha dado. La sombra que se lo lleve.
27.
Boca que arrastra mi boca. Boca que me has arrastrado: boca que vienes
de lejos a iluminarme de rayos. Alba que das a mis noches un resplandor
rojo y blanco. Boca poblada de bocas: pájaro lleno de pájaros.
28. No me llaga ningún mal ni ninguna cuerda rota: lo que tu atención hoy nota fue siempre en mí natural.
29. Adiós, hermanos, camaradas y amigos. Despedidme del sol y de los trigos.
30. Cuerpos que nacen vencidos, vencidos y grises mueren: vienen con la edad de un siglo, y son viejos cuando vienen.
31. No hay quien sitie la vida, no hay quien cerque la sangre cuando empuña sus alas y las clava en el aire.
32. Muchos tragos es la vida y un solo trago es la muerte.
33. Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido.
34.
La fábrica se halla guardada por las flores, los niños, los cristales,
en dirección al día. Dentro de ella son leves trabajos y sudores, porque
la libertad puso allí la alegría.
36. Las armas que más brillan en mis manos y con ellas tengo que transformar la vida.
37. Entre las flores te fuiste. Entre las flores me quedo.
38. Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas.
39.
En vuestra mano está la libertad del ala, la libertad del mundo,
soldados voladores: y arrancaréis del cielo la codiciosa y mala hierba
de otros motores.
40. Sangre remota. Remoto cuerpo, dentro de todo: dentro, muy dentro de mis pasiones, de mis deseos.
41. El hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende.
43. El vuelo significa la alegría más alta, la agilidad más viva, la juventud más firme.
44.
¿Quieres bajo la tierra? Bajo la tierra quiero porque hacia donde
corras quiere correr mi cuerpo. Ardo desde allí abajo y alumbro tus
recuerdos.
45. Ríete tanto que mi alma al oírte bata el espacio.
46. No te hieran por la espalda, vive cara a cara y muere con el pecho ante las balas, ancho como las paredes.
47. Pero el silencio puede más que tanto instrumento.
48. Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias.
49.
Toro en la primavera más toro que otras veces, en España más toro,
toro, que en otras partes. Más cálido que nunca, más volcánico, toro,
que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.
50. Aquí tengo una voz enardecida, aquí tengo un vida combatida y airada, aquí tengo un rumor, aquí tengo una vida.
51. ¿Quién llenará este vacío de cielo desalentado que deja tu cuerpo al mío?
52. Hoy el amor es muerte, y el hombre acecha al hombre.
53.
Entro despacio, se me cae la frente despacio, el corazón se me desgarra
despacio, y despaciosa y negramente vuelvo a llorar al pie de una
guitarra.
54. Basta mirar: se cubre de verdad la mirada.
55. Basta escuchar: retumba la sangre en las orejas.
56. De cada aliento sale la ardiente bocanada de tantos corazones unidos por parejas.
57. La mujer sin el hombre apagada va. Apagado va el hombre sin luz de mujer.
58.
Cuerpos como un mar voraz, entrechocado, furioso. Solitariamente atados
por el amor, por el odio, por las venas surgen hombres, cruzan las
ciudades, torvos.
59.
España, piedra estoica que se abrió en dos pedazos de dolor y de piedra
profunda para darme: no me separarán de tus altas entrañas, madre.
60. Un carnívoro cuchillo de ala dulce y homicida sostiene un vuelo y un brillo alrededor de mi vida.
62.
Teme que el barro crezca en un momento, teme que crezca y suba y cubra
tierna, tierna y celosamente tu tobillo de junco, mi tormento, teme que
inunde el nardo de tu pierna y crezca más y ascienda hasta tu frente.
63. El número de sangres que el mundo iluminó en dos halló el principio: tú y yo.
64. El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave.
65. Esta ciudad no se aplaca con fuego, este laurel con rencor no se tala. Este rosal sin ventura, este espliego júbilo exhala.
66. Sólo te nutre tu vívida esencia. Duermes al borde del hoyo y la espada.
68. Dime desde allá abajo la palabra te quiero. ¿Hablas bajo la tierra? Hablo con el silencio.
Todo lo que significa
Beso soy, sombra con sombra.
Beso, dolor con dolor,
por haberme enamorado,
corazón sin corazón,
de las cosas, del aliento
sin sombra de la creación.
Sed con agua en la distancia,
pero sed alrededor.
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
Corazón en una copa
donde me la bebo yo,
y no se lo bebe nadie,
nadie sabe su sabor.
Odio, vida: ¡cuánto odio
sólo por amor!
No es posible acariciarte
con las manos que me dio
el fuego de más deseo,
el ansia de más ardor.
Varias alas, varios vuelos
abaten en ellas hoy
hierros que cercan las venas
y las muerden con rencor.
Por amor, vida, abatido,
pájaro sin remisión.
Sólo por amor odiado,
sólo por amor.
Amor, tu bóveda arriba
y yo abajo siempre, amor,
sin otra luz que estas ansias,
sin otra iluminación.
Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz,
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo sólo,
sólo por amor.
horizonte aletearte,
sepultado en un rincón.
Espesura, mar, desierto,
sangre, monte rodador,
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.
Porque dentro de la triste
guirnalda del eslabón,
del sabor a carcelero
constante y a paredón,
y a precipicio en acecho,
alto, alegre, libre soy.
Alto, alegre, libre, libre,
sólo por amor.
No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme. no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy, siénteme libre.
Sólo por amor.
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De mis manos brotarán amapolas rojas como la sangre así quizás mi poesía sea eterna MI POESÍA SOY YO FANNY JEM WONG LIMA - PERÚ