Juega el niño en la oscuridad de las alcobas alfombradas,
en el Berlín señorial que no tiene presagios de conflicto.
Tiene el rostro vuelto hacia el pasado, Baudelaire,
las terrazas señoriales, el olor al café junto al río Sena,
un inmenso almacén de escombros y mujeres hermosas,
y un viento que empuja el porvenir y sus clarines de guerra.
Su escritura tiene gracia, ligereza y profundidad,
pero los malos hados son su sombra desde el momento de nacer.
Como un sonámbulo orientaba sus pasos
al centro de la desdicha y a lo más lóbrego del ser.
Nunca tuvo fortuna, corría hacia la adversidad.
Posaba su mirada en las pequeñas cosas y tejía
el manto de la historia más precisa del París que amó.
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De mis manos brotarán amapolas rojas como la sangre así quizás mi poesía sea eterna MI POESÍA SOY YO FANNY JEM WONG LIMA - PERÚ