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Escuchad la dulce canción... Paul Verlaine. |
Escuchad la dulce canción... Paul Verlaine.
Escuchad la dulce canción
Que llora para agradaros.
Es discreta, es ligera:
Con temblor de agua sobre el césped.
La voz os es conocida (¡y amada!)
Pero ahora está velada,
Como una triste viuda,
Pero aún conserva su altivez,
Y en los amplios pliegues de su velo
Que palpita a las brisas de otoño,
Oculta y muestra al corazón maravillado
La verdad como una estrella.
Y dice, la conocida voz,
Que la bondad es nuestra vida,
Y que de la envidia y del odio
Nada queda cuando llega la muerte.
Habla también de la gloria
De ser humilde y sencillo,
Y de las bodas de oro y de la tierna
Felicidad de una paz sin victoria.
Acoged la voz que persiste
En su ingenuo epitalamio.
Nada es mejor para el alma
Que hacer un alma menos triste.
Como está en pena y de paso,
El alma que sufre sin cólera,
Tiene una moral tan clara...
Escuchad la sabia canción.
Traducción de Manuel Machado
Paul Verlaine (Francia, 1844 – 1896)